Bleach tiene lugar en un universo de ficción en el que los personajes están divididos en diferentes razas ficticias. Todas estas razas son los seres humanos, que en el momento en que murieron, pudieron o no descansar en paz. Las almas que logran descansar en paz son enviadas a la Sociedad de Almas por un shinigami, y allí viven durante mucho tiempo hasta resucitar en un nuevo cuerpo. Mientras que las que no descansan en paz, son a veces devoradas por los hollows, que luego las llevan al Hueco Mundo para transformarlas en uno de ellos. Además, algunos de los personajes humanos de la serie tienen habilidades sobrenaturales, ya que tienen un alto nivel de reiatsu o energía espiritual. Inicialmente los amigos de Ichigo no poseen poderes, pero a medida que va interaccionando con ellos, van desarrollando habilidades que nadie más tiene, y además son diferentes a los poderes espirituales convencionales. Ichigo es un estudiante de preparatoria que tiene la habilidad de interactuar con los espíritus. Posteriormente, se vio obligado a convertirse en un shinigami sustituto involuntariamente, ya que absorbió la mayor parte de los poderes de otra shinigami llamada Rukia. Cuando se creó la serie de manga, Kubo comentó que Rukia Kuchiki había sido el primer personaje que ideó, pero no porque fuera la protagonista de la obra, así que diseñó a Ichigo para que cumpliera ese rol. Rukia Kuchiki es una shinigami que fue enviada a la ciudad de Karakura para eliminar todos los hollows de este sitio. Pese a que su apariencia física es de una adolescente, en realidad es diez veces mayor que Ichigo. Al principio de la historia, Rukia se vio obligada a transferir sus poderes a Ichigo y por ello asumió un estilo de vida temporal como una humana normal, para enseñar a utilizar sus poderes de shinigami hasta que ella pudiera recuperar los suyos y así marchar a su mundo. |